domingo, 10 de junio de 2012

DETIENEN SIN COMETER DELITO ALGUNO A 2 ACTIVISTAS EN AZCAPOTZALCO


Alrededor de la 1:40 de la madrugada del sábado 9 de junio, cuando regresaban de sus trabajos Edgar Hernández González y Horacio Martínez González, de 23 y 24 años respectivamente, decidieron pasar a cenar algo en alguno de los puestos de comida que hay cerca del Metro Camarones. De una caseta telefónica colgaba, ya casi por caer un anuncio de publicidad, de esos que ofrecen “limpias” y “amarres”. Se les hizo fácil darle un jalón para que acabara de caerse. No se percataron que en la acera de enfrente había dos policías uniformados, quienes de inmediato les dieron alcance y les ordenaron detenerse, pues, según ellos, los jóvenes estaban destruyendo propaganda electoral. Aclaraban con los policías que los detuvieron esa confusión, cuando un tipo que vestía camisola con logotipos del PRI, alcanzó a los compañeros y a los policías, cuando éstos se disponían a dejar ir a los jóvenes, gritando: “Deténganlos, ellos son los que andan arrancando nuestra propaganda…” Bajo esta acusación y con el apersonamiento de una “parte acusadora”, los policías decidieron llevar a los compañeros ante el ministerio Público, a la Agencia 14, correspondiente a Azcapotzalco. Mientras tanto el tipo de la camisa priísta hacía algunas llamadas y alguien le llevó arrastrando una gran manta priísta y otras de menor tamaño: el“cuerpo del delito”.
Con la declaración del tipo de camisa priísta que resultó llamarse Jaime León Herrera Cano,“coordinador de los trabajos de estrategia electoral” del PRI en Azcapotzalco y con la presentación del “cuerpo del delito”, los compañeros quedaron encerrados en la agencia del MP. El tal Jaime León dijo que no “presentaría cargos” y que le bastaba con que se “reparara el daño”, es decir, que las mantas que supuestamente habían sido “arrancadas” por los compañeros fueran reinstaladas en el lugar donde estaban. No muy convencidos (porque ellos no las arrancaron) los compañeros respondieron: “órale, vamos de una vez”, pues de ello dependía que ya los dejaran ir.
Pero como cualquier político profesional de la mentira, el tal Jaime León, rindió su declaración señalando a los compañeros como responsables del delito de “daño en propiedad ajena”, con la agravante de “dolo”, a esto el MP pretendía agregar otro cargo: el de “robo”, pues mañosamente al interrogar a los compañeros decía “las mantas que se estaban robando”. A lo que reiteradamente los compañeros contestaron: “ni las arrancamos nosotros ni las estábamos robando”.
Es decir, como siempre, a los activistas y luchadores sociales se les pretende criminalizar y se les inventan cargos para complicar su situación.
Hay que aclarar, primero que ¿de qué daño en “propiedad ajena” hablan , si todos sabemos que toda la propaganda electoral se costea con los recursos que del erario público entrega el gobierno a los partidos políticos, es decir, recursos nuestros, de quienes trabajamos y pagamos impuestos. No pagan los partidos y/o los candidatos la propaganda con dinero de sus bolsillos. Esas mantas no son de “su propiedad”, son en tal caso “nuestras”, ya que se pagan con nuestro dinero.
“Dolosamente”, ¿quién destruye con dolo lo que es propiedad de todos? Son los partido, todos, y sus candidatos, los que dolosamente malgastan dinero (que bien podría ser de mayor beneficio en escuelas y hospitales) en basura. Todas esas mantas plásticos, carteles, toneladas de papel, tambos de pintura, pasada la temporada electoral, van a dar a los basureros, a complicar aún más el crítico problema de la contaminación en todo el país. ¿Por qué no se limitan a estampar con sus logotipos y sus lemas de campaña su propia ropa o sus cuerpos y salen a deambular por la calle a hablar con quien los quiera escuchar, a ver a cuánta gente convencen de que vote por ellos? ¿Por qué tienen que embadurnar las paredes, los postes, los puentes con letreros espectaculares, con mantas, con gallardetes, atiborrar los buzones de las casas con tríptico, volantes, etc.? ¿Por qué tienen que torturar machaconamente, a cada rato con anuncios insulsos, repetitivos, engañosos, absurdos en radio y tv…?
Horacio y Edgar no hicieron lo que dicen que hicieron. Así lo declararon y les creemos porque son jóvenes, porque trabajan y estudian, porque piensan y sienten, porque les duele la miseria, el hambre, la guerra, y les asquea la podredumbre del sistema, porque no creen en la farsa que eufemísticamente llaman “contienda electoral”, porque al igual que cada vez más mexicanos, están “hasta la madre” de engaños y falsas promesas.
Pero y si hubieran hecho algo de lo que se les acusa ¿por qué han de criminalizarlos? ¿Por qué los encierran? ¿Por qué los incomunican? ¿Por qué los llevan esposados a declarar ante el MP? ¿Por qué ese trato humillante? ¿Por qué tratan peor que a criminales a dos jóvenes que estudian y trabajan? ¿Por qué tienen que pagar por recuperar su libertad arrebatada bajo cargos inventados?
Ellos no cometieron ningún delito. Y si hubieran arrancado un pendón, un gallardete, un cartel, una manta, no estarían dañando la “propiedad” de nadie, de algo que se pagó con una parte de los impuestos que pagan con su trabajo.
Si algo de eso que los acusaron hubieran hecho, más bien merecerían un reconocimiento por dar un servicio a la comunidad, esto es, retirar un poco de la tanta basura electoral que abruma, que marea, que da asco. Tanto rostro cínico, con sonrisa fingida, burlándose desde un panorámico amarillo, azul, tricolor…
Horacio es activista de la Otra Campaña en Azcapotzalco, Edgar simpatiza con esta lucha de los de abajo, porque ambos son de abajo, son estudiante, trabajador, vendedor, artesano, serígrafo… Son como cualquiera de quienes están leyendo estas líneas. Sus compañeros y compañeras estuvimos ahí, hasta que por obra de dos circunstancias sus captores de la agencia de la PGJDF se vieron presionados para liberarlos. Una fue que empezaron a llegar llamadas y a presentarse en la agencia trabajadores de la comunicación inquiriendo sobre la situación de los compañeros. Esta llevó a la segunda: sin tener que esperar más a que se cumplieran los “términos de ley” para la consignación o liberación, sus captores aceptaron el pago de su libertad, no de una fianza o unamulta, un pago por el que, por supuesto, no extendieron ningún recibo, sino que discretamenteentreabrieron en cajón del escritorio
Pasadas las 16 horas del sábado 9 de junio, Horacio y Edgar salieron de la agencia de la PGJDF en Azcapotzalco y se retiraron junto a sus compañeras y compañeros solidarios.
Valga la redundancia o ¿hay otra clase de compañeros?

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